Pensar desde la interculturalidad

Interculturalidad¿Cómo aprendemos a pensar? Jesús de Garay, filósofo, profesor de la Universidad de Sevilla y de la ECH indaga sobre la dificultad de construir el pensamiento en una cultura dominada por el modelo de la ciencia. Desde La Otra Educación seguimos buscando otras miradas posibles para enfrentar el reto primordial de la educación que implica la construcción del pensamiento.

“Una de las dificultades de “aprender a pensar” estriba en que “pensamiento” tiende a identificarse con “pensamiento científico”. Se tiende a suponer que el pensamiento es una competencia específica de los científicos: ellos son los que piensan en serio, los que razonan con rigor. Ellos son los que no se mueven por sentimentalismos o particularismo, ni tampoco por las apariencias, sino por la sola reflexión racional. La ciencia parece ser el modelo de todo pensamiento. Esta es al menos la manera popular de concebir la ciencia y el pensamiento. Esta e fe en la ciencia y en la metodología científica se traduce en una cierta identificación entre educación y ecuación científica. Aprender sería aprender ciencia.

Las concepciones sobre la ciencia son muchas. Pero incuso las versiones más débiles de lo que se entienda por “ciencia” coinciden en poner a la ciencia como modelo de pensamiento para cualquier otra forma de pensar. Las distintas forma de pensamiento no serían más que formas derivadas o imperfectas de ciencia. Esta imperfección de las otras formas de pensamiento se atribuye a diversas causas: puede ser porque el campo al que se aplica la ciencia se resista al método científico; o también la imperfección puede proceder de la incompetencia del que piensa. En cualquier caso, la santificación de la ciencia queda consagrada como la forma más alta de pensamiento.

Es cierto que las versiones de “ciencia” han evolucionado considerablemente durante la historia del pensamiento, hasta el punto de que difícilmente se puede hablar del mismo tipo de saber, aunque se siga utilizando la misma palabra “ciencia”. La concepción de ciencia expuesta en los Analíticos de Aristóteles es muy distinta de Descartes o de la de Kuhn. Hablar de “ciencia” en general, es desde luego, una simplificación. Pero no deja de ser útil el término “ciencia” para referirnos al conjunto de las materias que se enseñan y evalúan en las escuelas y universidades.

Interesa subrayar de modo muy especial cómo entre las diversas disciplinas científicas, el concepto de ciencia que se impone como paradigma de todo saber es el modelo consagrado por los padres fundadores de la denominada “ciencia moderna”, como por ejemplo Galileo, Descartes o Bacon. Se trata de un modelo de ciencia de la naturaleza en el que el cálculo matemático y la experimentación ocupan un lugar central. Dicho de otro modo, es la física o la medicina y no el derecho o la literatura lo que es considerado ciencia por antonomasia. (…)

En este sentido Occidente puede presumir de excepción cultural. Otras muchas culturas se diferencian de la nuestra precisamente en su negativa a privilegiar de ese modo el pensamiento científico. Nuevamente aquí sería largo el recuento de culturas en las que otras formas de saber y de pensar compiten con la ciencia. Y no es que otras culturas ignoren la racionalidad científica o menosprecien su eficacia, sino que otorgan a la ciencia un valor básicamente instrumental, por debajo de otras formas de racionalidad a las que se concede mayor valor también en la educación. La experiencia de otras culturas puede ayudarnos en Occidente a afrontar algunos de los retos a los que nos enfrentamos hoy en lo relativo a aprender a pensar.”

Por Jesús de Garay

Texto completo publicado en “Aprender a pensar – Simposio internacional en la Universidad de Lund”, Inger Enkvist y José María Izquierdo Editores, (Lund University, Sueci

No hay Comentarios

¿Por qué la escuela no educa? La diferencia entre educar y escolarizar

John Taylor Gatto“Vivimos en una época de profunda crisis escolar” dijo el profesor estadounidense John Taylor Gatto cuando recibió el galardón de Maestro del Año de Nueva York hace ya más de veinte años. En nuestro siglo XXI seguimos buscando salidas a esta crisis y creemos que vale la pena volver a leer algunas de las cuestiones fundamentales que todavía continúan en la base del conflicto. Reproducimos a continuación extractos del discurso.

“Vivimos en una época de profunda crisis escolar. (…) He observado un fenómeno fascinante en mis veinticinco años de ejercicio de la profesión: que las escuelas y la escolarización son crecientemente irrelevantes para las grandes empresas del planeta. Nadie cree ya que los científicos son enseñados en clases de ciencias o que los políticos en clases de civismo o que los poetas lo son en clases de inglés.

La verdad es que las escuelas no enseñan nada salvo como obedecer órdenes. Esto es un gran misterio para mi porque miles de personas, gentes responsables trabajan en las escuelas como profesores, cuidadores y gestores pero la lógica abstracta de la institución sobrepasa sus contribuciones individuales.

Aunque los profesores se preocupan y trabajan duro, la institución es psicopática  -no tiene conciencia-. Suena la sirena y el joven que se encontraba escribiendo un poema debe cerrar sus cuaderno y moverse a otra aula donde deberá memorizar que el hombre y el mono derivan de un ancestro común.

No creo que nos libremos de las escuelas en un futuro cercano, no ciertamente en lo que me queda de vida, pero si hemos de cambiar lo que se está convirtiendo en un desastre de ignorancia, hemos de entender que la institución educativa “escolariza” muy bien, pero no “educa” –algo por completo inherente al diseño organizacional.

No es la culpa de los malos profesores o del poco dinero gastado, es que es imposible que la educación y la escolarización puedan llegar a ser alguna vez la misma cosa.

En gran medida, las escuelas han cumplido su objetivo. Pero nuestra sociedad se está desintegrando, y en esta sociedad, sólo las personas exitosas son auto-suficientes, seguras en sí mismas e individualistas – porque la comunidad de vida que protege al dependiente y al débil está muerta -.

Lo que produce la escuela es, como dije, irrelevante. Las personas bien-escolarizadas son irrelevantes. Pueden vender películas y hojas de afeitar, recoger papel reciclado o hablar al teléfono en líneas de teleoperación, o sentarse estúpidamente delante de un terminal de ordenador pero como seres humanos son inservibles. Completamente inservibles para los demás y para si mismos.

La miseria diaria a nuestro alrededor está causada en gran medida por el hecho de que – tal y como Paul Goodman lo estableció hace treinta años- forzamos a los niños a crecer en el absurdo. Cualquier reforma de la escolaridad tiene que tratar con elementos absurdos en su naturaleza intrínseca.

Es absurdo y anti-vital ser parte de un sistema que te obliga a sentarte en lugares recluidos para gente de la misma edad y clase social que tú. Ese sistema te aparta radicalmente de la inmensa diversidad de la vida y de las sinergias de la variedad, de hecho te castra tu propio ser y futuro, acoplándote a un presente continuo de igual forma a como lo hace la televisión.

Es absurdo y anti-vital ser parte de un sistema que te obliga a escuchar a un extraño leyendo poesía cuando lo que realmente quieres es construir casas, o sentarte a discutir con un extraño sobre la construcción de casas cuando lo que realmente quieres es leer poesía.

Es absurdo y anti-vital moverte de aula en aula al sonido de una sirena durante todos los días de tu infancia natural en una institución que no te permite ninguna privacidad y que incluso te la quita en el santuario de tu propia casa pidiéndote que hagas tus “deberes”.

Dos instituciones controlan a día de hoy la vida de nuestros hijos: la televisión y la escuela, por este orden. Ambos reducen el mundo real de sabiduría, fortaleza, templanza y justicia hacia una abstracción sin final y sin frenos.

En los siglos pasados los niños y adolescentes estaban ocupados en trabajo real, caridad real, aventuras reales, y en la búsqueda real de maestros que pudieran enseñarnos lo que realmente queríamos aprender.

¿Qué hacer? Necesitamos gritar y discutir sobre este modelo de escuela hasta que se arregle o se retire de la circulación para su reparación, una cosa u otra.

Hace poco cogi setenta dólares y envié a una niña de doce años de mi clase con su madre – que no hablaba inglés – en un autobús hacia la costa de New Jersey para encontrarnos con el jefe de policía del distrito de Sea Bright para comer y disculparnos por contaminar la playa con un casco de Gatorade.

A cambio de esta disculpa pública habíamos quedado en que el jefe de policía le enseñaría el trabajo de un policía de barrio durante un dia cualquiera.

Unos días después, dos más de mis alumnos de doce años viajaron solos a la Calle West First desde Harlem donde empezaron el aprendizaje con un editor de periódicos, la siguiente semana tres de mis alumnos se encontraban en mitad de los muelles decarga de Jersey a las seis de la mañana, estudiando la mente del presidente de una compañía de transporte por carretera que despachaba trailers hacia Dallas, Chicago y Los Ángeles.

Durante cinco años manejé un programa escolar “autónomo” donde cada niño, pobre y rico, listo y no tan listo, tenía que dar 320 horas de trabajos o servicios a la comunidad.

Decenas de estos niños volvieron años después, ya crecidos, y me contaron que la experiencia de ayudar a alguien les había cambiado sus vidas.”

Nueva York, 1990.

Lee aquí el texto completo


,

No hay Comentarios

Enseñar la condición humana

la otra educaciónLa UNESCO solicitó a Edgar Morin, filósofo y sociólogo francés, que expresara sus ideas sobre la educación del futuro, en el contexto de su visión del “Pensamiento Complejo”. El resultado es el libro “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, una contribución al debate internacional sobre la forma de reorientar la educación hacia el desarrollo sostenible. Edgar Morin presenta siete principios clave que él estima necesarios para la educación del futuro. A continuación, publicamos extractos del capítulo “Enseñar la condición humana”.

“La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la condición humana. Estamos en la era planetaria; una aventura común se apodera de los humanos donde quiera que estén. Estos deben reconocerse en su humanidad común y, al mismo tiempo, reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano.

Conocer lo humano es, principalmente, situarlo en el universo y a la vez separarlo de él. (…) cualquier conocimiento debe contextualizar su objeto para ser pertinente. «¿Quiénes somos?» es inseparable de un «¿Dónde estamos» «¿De dónde venimos?» «¿A dónde vamos?».

Interrogar nuestra condición humana, es entonces interrogar primero nuestra situación en el mundo. Una afluencia de conocimientos a finales del siglo XX permite aclarar de un modo completamente nuevo la situación del ser humano en el universo. Los progresos concomitantes con la cosmología, las ciencias de la Tierra, la ecología, la biología, la prehistoria en los años 60-70 han modificado las ideas sobre el Universo, la Tierra, la Vida y el Hombre mismo. Pero estos aportes aún están desunidos. Lo Humano permanece cruelmente dividido, fragmentado en pedazos de un rompecabezas que perdió su figura. Aquí se enuncia un problema epistemológico: es imposible concebir la unidad compleja de lo humano por medio del pensamiento disyuntivo que concibe nuestra humanidad de manera insular por fuera del cosmos que lo rodea, de la materia física y del espíritu del cual estamos constituidos, ni tampoco por medio del pensamiento reductor que reduce la unidad humana a un substrato puramente bio-anatómico. Las mismas ciencias humanas están divididas y compartimentadas. La complejidad humana se vuelve así invisible y el hombre se desvanece «como una huella en la arena». Además, el nuevo saber, por no estar religado, tampoco está asimilado ni integrado. Paradójicamente, hay un agravamiento de la ignorancia del todo, mientras que hay una progresión del conocimiento de las partes.

De allí la necesidad, para la educación del futuro, de una gran religazón de los conocimientos resultantes de las ciencias naturales con el fin de ubicar la condición humana en el mundo, de las resultantes de las ciencias humanas para aclarar las multidimensionalidades y complejidades humanas y la necesidad de integrar el aporte inestimable de las humanidades, no solamente de la filosofía y la historia, sino también de la literatura, la poesía, las artes…”

El texto forma parte del libro “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro” de Edgar Morin. Traducción de Mercedes Vallejo-Gómez, Profesora de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín-Colombia. Con la contribución de Nelson Vallejo-Gómez y Françoise Girard

Publicado en octubre de 1999 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – 7 place de Fontenoy – 75352 París 07 SP – Francia

Copyright UNESCO 1999

Lee el libro completo

,

No hay Comentarios

¿Cómo será la escuela en 2055?

2055 imagenDesde “La Otra Educación” queremos pensar y entender qué está pasando y qué pasará con nuestras formas de aprender y enseñar. Nos preguntamos ¿cómo será la escuela en 2055? Porque queremos saber cómo aprenderán los jóvenes que están por nacer, cómo enseñarán los jóvenes que están naciendo, cómo enseñarán los que hoy están aprendiendo. ¿Nos gusta hacia dónde vamos? ¿Podemos elegir el camino? ¿Qué está cambiando en la educación?

Comenzamos este ejercicio de imaginación interdisciplinaria junto a grandes profesionales para intentar para proyectar los posibles escenarios futuros, comprender mejor los pasados y, sobre todo, entender mejor el presente y nuestras capacidades de moldearlo.

Hoy publicamos la opinión de Paula Sibilia, especialista en medios de comunicación y subjetividades.

……………………………………………………………………………………………………….

La escuela basada en el paradigma empresarial o inspirada en Internet

A continuación publicamos extractos de la entrevista a Paula Sibilia, investigadora y ensayista argentina residente en Río de Janeiro, especializada en temas culturales contemporáneos que abordan las relaciones entre medios de comunicación, tecnologías digitales, manifestaciones artísticas, cuerpo humano y subjetividades.

Entrevista realizada por Verónica Tobeña.

“En tu intervención en el seminario planteabas, citando a Foucault, que la escuela tiene como modelo a la cárcel y que su matriz institucional debe a los institutos carcelarios buena parte de sus rasgos, y que en la actualidad el espejo en el que debe mirarse la escuela es el de la empresa y/o el de la red global, Internet. ¿Cómo sería la escuela basada en el paradigma empresarial o inspirada en Internet?

-(…) Quizás estemos en un momento de crisis también en el sentido de “oportunidad” y no sólo en el de debacle o decadencia. En esa perspectiva, tal vez podríamos cuestionar la validez de la escuela como principal molde formador universal, y en ese gesto intentar abrir el horizonte hacia la invención de alternativas realmente radicales. Al menos como ejercicio imaginativo, considerando que una institución que tiene como modelo a la cárcel no debería ser nuestra mejor opción. Si hasta ahora no podíamos imaginar una alternativa, y entonces la aceptábamos con todas sus fallas porque servía a sus efectos y de algún modo funcionaba, quizás éste sea el momento adecuado para deshacernos de ella e inventar algo mejor. Aclaro que no estoy aconsejando esa vía en los hechos, sino como un ejercicio de reflexión que tienda a abrir el campo de lo pensable y lo posible, en una dirección semejante a la de tu pregunta.

De hecho, no soy la primera a quien se le ha ocurrido algo semejante. Las pequeñas delicias y grandes penurias inoculadas por la escuela en su apogeo se plasmó en incontables obras artísticas, filosóficas y literarias, aunque probablemente haya sido el cine quien metabolizó con más vigor las insurrecciones que propiciaron su debacle: desde Los 400 golpes, de François Truffaut (1959), hasta If, de Lindsay Anderson (1968), y The wall, de Alan Parker (1982). Todos los que teníamos uso de razón (así como de pupitres, tizas y papel secante) en aquella época, por ejemplo, recordamos la secuencia de esa última película que mostraba una fila bien alineada de cuerpecitos infantiles patéticamente dóciles y útiles. Uniformizados en azul marino y sin expresión en los rostros, se dirigían con paso firme hacia una picadora de carne mientras sonaba una marcha con furia destructiva: “no necesitamos educación, no necesitamos control mental, basta de oscuros sarcasmos en la clase… maestro, ¡deje a los chicos en paz!”.

Esa denuncia de la crueldad implícita en los mecanismos escolares empezó a plasmarse con fuerza creciente a partir de los años 1960, acusándolos de homogeneizar las singularidades para convertir a la joven sustancia vital en ladrillos idénticos que sedimentarían el imperturbable edificio de la sociedad industrial. Así, por ejemplo, mucho más recientemente, la película Entre los muros, de Laurent Cantet (2008), registra las peripecias de otro tipo de maestros y alumnos, aullando en tono bombástico la gravedad de esa crisis en pleno siglo XXI.

Con todo esto pretendo insinuar lo siguiente: no creo que ahora la escuela tenga que aggiornarse en el sentido de que “deba mirarse” en el espejo de la empresa o de las redes tecnológicas para ponerse a tono con los tiempos que corren. Creo, sí, que esas instituciones (la empresa y las redes informáticas) pasaron a ocupar los lugares ejemplares que en la sociedad industrial solía desempeñar la prisión. Por eso, si el mecanismo del confinamiento y el encierro disciplinario perdió eficacia, está clarísimo que esas otras modalidades están en auge, y probablemente sean los principales agentes de un nuevo dispositivo de poder muy compatible con nuestra actualidad: la conexión.

Por eso digo que no sé si “debería” intentarse esa actualización o esa compatibilización, ya que bajo esta perspectiva dicho esfuerzo tendería a recuperar la eficacia perdida de la cárcel escolar. De modo que, tal vez, lo que deberíamos hacer es cuestionar esta otra lógica antes de que se desplome ella también al perder su eficacia histórica (como ahora está ocurriendo con el régimen precedente); y, en su lugar, intentar crear con osadía algo que nos satisfaga más. Claro que yo no estoy en condiciones de orientar en ese sentido de un modo más concreto, pero al menos quedan aquí lanzados tanto la inquietud como el desafío…

(…)

De todos modos, no creo que haya algo en la juventud que la haga más sensible a las nuevas tecnologías y que contribuya a ensanchar la brecha intergeneracional, simplemente se trata de procesos históricos y de diferentes niveles de adaptación a sus modelajes. Sin embargo, hay algo preocupante en la aparente incapacidad de situar históricamente a estos procesos, y la consecuente falta de sentido histórico para explicar lo que somos, que parece tener como consecuencia la impresión de que el futuro se encuentra cerrado -salvo por los avances tecnológicos y las eventuales tragedias ecológicas- y que no somos nosotros los agentes activos de su devenir. Creo que esta característica forma parte de las experiencias corporales y subjetivas contemporáneas en general, pero se ven más acentuadas en los jóvenes. De todos modos, también es cierto que sobre el futuro no sabemos nada, ni los más chicos ni los más viejos. Entonces, ¿quién puede prever qué surgirá de todo esto, incluso a cortísimo plazo? Ese es otro de los motivos por los cuales nuestra era es tan fascinante y vertiginosa; para bien o para mal, esa incertidumbre y esa abertura inédita involucran también al futuro de la escuela.”

La entrevista completa está publicada en la Revista Propuesta Educativa.

No hay Comentarios

¿Esto entra en el examen?

Revista Dinero

Publicado en la Revista Dinero, Nro. 1, de Miguel Brieva e Industrias Clismón, en mayo 2004.

No hay Comentarios

El oficio sin ‘alma máter’

Por Ana Gil. Publicado en Expansion.com

cincoech

La Universidad española no se plantea la creación de un grado oficial para los jóvenes que sueñan con ser escritores. Y… ¿por qué para los futuros músicos y pintores, sí?

Durante siglos ha habido Literatura en el continente europeo sin necesidad de que los escritores hayan recibido una formación previa. Ni en la escuela, ni a través de actividades extra académicas, ni en la universidad.

En la actualidad, el mercado editorial está en crisis y, en consecuencia, el oficio se está viendo afectado. Cada vez es más difícil que un joven escritor consiga llegar a los grandes escaparates literarios. Muchos se quedan por el camino. A pesar de todo, la universidad española no plantea la posibilidad de formalizar la profesión a través de unos estudios oficiales.

Cuando se observa esta realidad y la gran elasticidad de creación de títulos que ofrece el Plan Bolonia, una de las preguntas que saltan a la palestra es la siguiente: ¿Por qué un músico y un pintor sí que necesitan formación académica y un escritor no…?

“El músico necesita aprender una técnica; el pintor, también. En la escritura, las cosas son más sencillas. Todo el mundo sabe las técnicas: leer y escribir”, nos explica Javier de Navascúes, profesor de Literatura de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra (Unav). A lo que apunta a continuación: “Hay que tener en cuenta que a diferencia de Estados Unidos, la tradición universitaria española y europea no ha contemplado nunca la formación de sus escritores. Ni por ahora creo que lo vaya a hacer”.

Una de las razones que se subraya desde la universidad española para no comprometerse en la creación de un grado universitario para este sector es que no es fácil de evaluar en términos académicos. “¿Quién tiene un Sobresaliente…? ¿Cómo se puntúa eso? La calificación es muy compleja”, concluye Navascúes.

Pero no es todo negro para los futuros escritores. Desde hace 20 o 25 años, en España existentalleres de escritura que facilitan el engranaje de los artistas. Los expertos los ven como una opción o complemento pero no como algo prioritario en su formación.

Un taller no es necesario. Si lo hubiera sido, la literatura hubiera nacido hace 50 años… Pero es cierto que los talleres crean unos magníficos foros que la persona que quiere aprender por su cuenta no encuentra. Otra gran ventaja es que estos cursos encauzan más sencillamente lo que siempre se ha hecho: formar escritores, orientarles en lecturas, escucharles y hablar, animar y facilitar la publicación de sus obras”, apunta el profesor de la Unav.

Andrés Sorel, secretario general de la Asociación Colegial de Escritores de España, es muy tajante sobre este tema. “Desde mi punto de vista no se puede ni se debe enseñar a escribir. De estas escuelas salen normalmente burócratas o amanuenses al servicio de los mercados y de la literatura entendida fundamentalmente como una mercancía más”.

A pesar de su rechazo a la formación oficial, cree, como el profesor Navascúes, que las escuelas tienen su cometido. “Lo que sí pueden los talleres es fomentar la lectura y las prácticas de quienes sienten necesidad de escribir”.

Por otro lado, aunque no es lo mismo ser filólogo que escritor, los estudios de Filología y la preparación para ejercer este oficio no están reñidos. “De hecho, en las clases de Filología hay asignaturas de creación. Y hay jóvenes que buscan ser escritores y para ello escogen estos estudios. Otro apunte es quehay filólogos que se han interesado como Dámaso Alonso y Miguel Dors. María Dueñas, por ejemplo, es un caso más actual. Es profesora de Filología Inglesa en la Universidad de Murcia y después del éxito de El tiempo entre costuras, está a punto de publicar su segunda novela”, comenta Navascúes.

¡Americanos al poder!
Y mientras Europa se resiste, Estados Unidos tiene una larga tradición en la formación académica de sus escritores. “Los norteamericanos son muy pragmáticos –no digo que sea malo– y por esa razón que decidieran oficializar esta profesión, no es casual”, concluye el docente.

Su oferta estelar es la de la Universidad de Iowa. El Programa en Escritura Creativa, mejor conocido como el Iowa Writers’ Workshop, empezó en 1936 y desde la fecha sus alumnos han ganado una docena de premios Pulitzer así como numerosos National Book Awards y otros galardones importantes.

Sorel, que ha realizado una estancia como escritor invitado, nos comenta su experiencia: “Te pagan una cantidad considerable de dinero para que te refugies allí a escribir y, a cambio, mantienes charlas con los alumnos o das alguna conferencia sobre tu obra”.

Cinco opciones para ser escritor

cincoHay fórmulas que siempre permanecen. E incluso uno puede plantearse que son mágicas porque no encuentra explicación a cómo se producen y a por qué en el siglo XXI siguen funcionando del mismo modo que en la Edad Media.

Ser escritor es uno de los pocos oficios que conserva una entre sus estantes. Durante siglos ha habido Literatura sin necesidad de que estos artistas hayan recibido una formación previa. Te ofrecemos cinco formas de adentrarte en el oficio.

Taller de Clara Obligado
El taller de la argentina Clara Obligado es pionero en nuestro país. La escritora, afincada en España desde 1976, lo puso en marcha hace 32 años. Conforme ha pasado el tiempo se ha ido modernizando a la demanda y en la actualidad ofrece clases presenciales, online, correcciones y tutorías.

Quien crea que la mejor opción es disfrutar de sesiones en directo, tiene la posibilidad de escoger entre el taller anual, el de iniciación, el de lectura y el dirigido a los más jóvenes –si tienes entre 13 y 17 años–. La oferta online no se queda corta. Clara Obligado cuenta con un taller intensivo, uno de hiperbreves y un último de novela policíaca. Las tutorías están pensadas para gente que ya tenga escrito una libro.www.escrituracreativa.com.

Facultades de Filología
Los estudios de Filología en son una buena opción para formarse como escritor en España. Aunque las asignaturas no están destinadas a la escritura, esta formación aporta a los alumnos una base teórica muy sugerente y quien tenga aptitudes para la creación, la puede aprovechar al máximo.

Otra ventaja, es que las filologías y, en este caso, también los estudios de Periodismo y Comunicación Audiovisual, ofrecen asignaturas relacionadas directamente con el oficio de escritor. A esto se puede añadir que en los campus de Humanidades cada vez cobran más popularidad los concursos, foros, seminarios especializados, encuentros, debates, etcétera en torno a la redacción literaria. www.unav.es.

Escuela Contemporánea de Humanidades
La Escuela Contemporánea de Humanidades (ECH), ubicada en Madrid, imparte cursos sobre creación literaria, filosofía, creatividad, taller de escritura de un gran alto nivel.

La ECH nace cuando la fórmula pedagógica de la Escuela de Letras, fundada por Alejandro Gándara junto a otros pensadores en los años 80, queda agotada como vanguardia. En 2000, Alejandro Gándara funda la ECH junto a María Sendagorta con el apoyo de otros intelectuales, empresarios y escritores. El reto es crear un centro de altos estudios especializado en la creación y sentar las bases de una universidad de la creación. Más información en www.ech.es.

Aprender desde casa
No es imposible convertirse en un escritor reconocido sin ayuda… pero sí cada vez es un reto más arduo. Una opción que se acomoda a quien quiera ir por su cuenta son los talleres online. Estos cursos sirven de apoyo formativo y te ayudan a contactar con gente con unas aspiraciones similares a las tuyas.

Los talleres de escritura creativa y Ediciones Fuentetaja han sido pioneros en esto. En 1986, ya habían ideado un método de trabajo a distancia y en grupo en el que era posible participar desde cualquier lugar del mundo.
Desde 2010, la nueva fórmula es el Taller de Escritura Creativa 2.0. Se trata de un curso dirigido a cualquier persona interesada en realizar un taller literario que no descuide las nuevas posibilidades de la escritura en las páginas web. Más información en www.fuentetajaliteraria.com.

Iowa Writers’ Workshop
Las universidades norteamericanas muy pronto vieron importante diseñar un programa de estudios para los jóvenes que estaban interesados en ejercer el oficio de escritores. El Programa en Escritura Creativa, más conocido como el Iowa Writers’ Workshop, de la Universidad de Iowa es el más popular.

La escritora Lan Samantha Chang es la actual directora de esta iniciativa.
El programa empezó en 1936, con la reunión de poetas y escritores de ficción bajo la dirección de Wilbur Schramm. Los graduados obtienen una Maestría en Bellas Artes en Inglés; Iowa fue la primera universidad del país en ofrecer este grado. Los estudiantes participan en un pequeño número de clases cada semestre. El programa gira alrededor de los Talleres de Graduados que se reúnen una vez a la semana. www.uiowa.edu.


No hay Comentarios

La respuesta ECH a los recortes: invertir en educación

Máster Junior Creación LiterariaEl 61,8% de los españoles considera que la calidad de la enseñaza es regular o mala, según el barómetro de marzo 2012 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Los datos comienzan a aparecer estos días en la prensa. Sin embargo, no son noticia. Que la calidad de la educación es mala lo sabemos, lo sentimos, lo decimos. La noticia deberá ser ¿qué hacer para mejorarla?

La respuesta es tan fácil que hasta parece obvia: para mejor la educación hay que pensar e invertir en educación. Sin embargo, como si fuera un monstruo que se come su cola, la respuesta del gobierno al 61,8% de los españoles que consideran regular o mala la educación, ha sido recortar el presupuesto del área. A partir de ahora la educación tiene un 21,9% menos de dinero que el año pasado y además reduce su peso en el conjunto presupuestario. La inversión en educación pasa de constituir el 0,9% del gasto total a instalarse en el 0,7%.

La ECH ya forma parte de ese 21,9% porque se vio desfavorecida al no recibir la subvención del Ministerio de Cultura que ha recibido en años anteriores. Sin embargo, la decisión de la ECH es seguir invirtiendo tiempo, inteligencia y dinero en educación, los mejores tres elementos que cualquiera puede brindar a la causa a la que se entrega. Porque estamos seguros de que en educación no se gasta, se invierte. Es decir, no existe el ahorro en educación. No tiene sentido. Reducir en educación no es mejorar el presente en tanto estemos empeorando el futuro.

Máster Junior Creación Literaria2A la pregunta “¿Qué cree usted que se podría hacer para mejorar la enseñanza?”, los encuestados eligen respuestas como: exigir más conocimiento, fomentar la implicación de las familias en la educación de sus hijos o mejorar la formación del profesorado, entre otras. Es difícil encontrar propuestas de calidad pero, cuando aparecen, los resultados son para admirar. Y difundir. Y copiar. Nuestro mejor ejemplo es el Máster Junior de Creación Literaria. Este programa se formó en 2002 y fue ideado por Alejandro Gándara y otros profesores y especialistas en educación para jóvenes de entre 17 y 21 años, con el convencimiento de que “la creación literaria y la escritura no representan una habilidad más en la educación de los jóvenes: son la manera en que se vuelven capaces de contar el relato de su vida.” Desde entonces, han pasado por el programa cientos de jóvenes y los resultados no aparecen en los medios de comunicación pero sí son noticia: el 90% de los alumnos que llegan a la ECH para hacer un curso de escritura terminan mejorando su rendimiento general en la enseñanza formal.

El programa se ha desarrollado tres años consecutivos, hasta 2010, con el apoyo del Ministerio de Cultura de España gracias a su política de subvenciones y permitió que la totalidad de los alumnos fueran becados durante los primeros tres meses del programa anual. En 2011 la ECH no recibió la subvención y, sin embargo, la decisión –nuevamente– fue continuar. La Fundación ECH ha asumido la subvención del programa y permitió que todos sus alumnos estudiaran los primeros dos meses de forma completamente gratuita. Desde su creación en 2000, la ECH, gracias al aporte de su Fundación, ha concedido 220.000 euros en becas.

juniors3La estructura pedagógica del Máster Junior en Creación Literaria se basa en la enseñanza práctica de la creación, es decir, en la ejecución de tareas cuyos recursos son la imaginación, la relación entre distintos campos del conocimiento, la intuición y el desarrollo práctico de obras artísticas. Desde este punto de vista, las materias que se imparten contienen conocimientos teóricos y exigen proyectos creativos, rehuyendo la erudición convencional y la espontaneidad sin fundamento. Se trabaja manipulando los conocimientos y los materiales artísticos para darles una nueva fisonomía, buscar preguntas nuevas o respuestas distintas y buscar posibilidades inéditas que abran caminos a las inquietudes de cada alumno, cubriendo así un espacio vacío en los planes de estudios convencionales.

En palabras de Alejandro Gándara, “El Máster Junior en Creación Literaria es, básicamente, un espacio de debate con los alumnos, donde creo que el profesor está más obligado a aprender que los propios estudiantes. Entiendo el conocimiento con una base dialógica, al estilo socrático, es decir, el que más sabe que no sabe nada ha de ponerse en cuestión ante los que están aprendiendo. Las lagunas, las contradicciones, las diferencias, son lo que producen la tensión necesaria para que el conocimiento y la actitud ante el conocimiento produzcan alguna especie de beneficio.”

Los encuestados por el CIS atribuyen la mala calidad de la enseñanza a diversas causas: la falta de medios -profesores o materiales-, la baja exigencia a los estudiantes y la poca motivación del profesorado. La misma investigación indica que un porcentaje superior al 56,8% cree que el Estado y las Autonomías gastan demasiado poco en educación, mientras que un 50,7 % considera lo mismo en el caso de las comunidades autónomas, un dato que se completa con la pobre consideración que seis de cada diez tienen sobre la situación de la enseñanza. La noticia deberá ser ¿qué se hace con el dinero que sí se recibe? La respuesta que está dando la ECH es reorganizar sus recursos para continuar a pesar de la crisis, continuar porque existe la crisis.

Javier ZamoraEl interés y el empeño de la Fundación ECH en proyectos de escritura creativa para jóvenes se sostiene en la idea de que la creación hay que entenderla como la forma moderna de acercarse al conocimiento y también como la respuesta adecuada a las exigencias profesionales del nuevo mercado laboral. Los alumnos mejoran su calidad educativa de la semana y, además, llegan los sábados a las diez de la mañana a la ECH deseosos de aprender. Así lo relata Javier Zamora, de 20 años, ex alumno del curso, cuando se le pregunta cómo fue su experiencia en la ECH: “Intensa. Un sábado por la mañana o un jueves hasta las doce de la noche tienen que serlo para que decidas estar ahí,  leyendo reliquias de la historia o libros que parecerían New Wave si los sacas en una conversación normal. Intensa y muy estimulante en todos los sentidos. Y sentirse estimulado hoy en día en una institución educativa no me parece poco, de hecho me parece muchísimo.”

, ,

No hay Comentarios

Relatividad de la crisis

Are hoy happyComo si las hubiera escrito hoy por la mañana, vale la pena leer las reflexiones de Albert Einstein sobre los momentos de crisis.

“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos.

La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.

La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.

Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.

Albert Einstein (1879 – 1955)

No hay Comentarios

Pérdida de la sabiduría

Barry Schwartz, reconocido psicólogo y educador norteamericano, habla en este vídeo sobre la virtud. Sostiene que debemos crear ambientes que nutran y motiven tanto la voluntad como la habilidad moral y que cualquier trabajo que involucre la interacción con personas es un trabajo moral y demanda sabiduría moral. ¿Pero cómo se aprende la sabiduría moral? En esta conferencia TED, Schwartz explica que la virtud que necesitamos es la sabiduría práctica porque es la que hará que surjan todas las demás.

Con subtítulos en castellano lo puedes ver aquí: http://www.ted.com/talks/barry_schwartz_on_our_loss_of_wisdom.html

, ,

No hay Comentarios

Clases que van por libre

El País Semanal publicó (en noviembre 2008 pero sigue totalmente vigente) un repor explicando por qué algunos padres están intentando educar a sus hijos “por libre”, de otra manera. Los datos de la educación pública española, con un fracaso escolar cercano al 30% son alarmantes y ya son muchos los que deciden hacer las cosas de otra manera. Os compartimos la información.

WaldorfPor Mercedes de la Rosa.

Artículo publicado originalmente en El País Semanal  nº 1676.

Fotografía: un centro de enseñanza Waldorf.

Lomi dejó de ir a la escuela a los nueve años. Desde entonces continuó sus estudios en casa. Y resulta que recuerda todo lo que aprendió a partir de esa edad. “Si algo no te interesa, únicamente lo memorizas para el examen y, tal como lo aprendes, lo olvidas. En cambio, si te interesa y lo interiorizas desde la curiosidad, permanece”, explica este veinteañero, hoy empresario de circo, que aprobó sin problemas el graduado escolar. La elección de los padres de Lomi de educar a sus hijos en casa fue natural, no ideológica. “El niño no se sentía a gusto en la escuela”, recuerda Peter, su padre. Durante un cambio de colegio, Lomi pasó unos meses en casa, donde recuperó la curiosidad por aprender. “No todos los niños se desenvuelven igual en una clase grande; cada uno tiene su ritmo”. A raíz de esta experiencia, Peter creó la organización Crecer Sin Escuela junto a un grupo de gente en su misma situación. Motivación frente a imposición.

“Más vale una cabeza bien hecha que bien llena”, escribió el renacentista Montaigne.

Las ampollas levantadas por la reciente reforma de la Ley Orgánica de Educación (LOE) -la segunda en dos años-, así como las cifras expuestas por los 27 ministros europeos de Educación, que sitúan a España como el tercer país con mayor tasa de abandono escolar antes de complementar la educación secundaria, con un 29,6% -el doble que la media europea-, apuntan a que algo no funciona en el sistema de enseñanza tradicional. Hay quien culpa a la juventud por su desidia, quien señala la falta de motivación de los maestros, y quien piensa que el problema radica en la deshumanización de los planes de estudio. Sean cuales sean las causas, entre las fisuras de la educación tradicional se han hecho hueco otras formas de educar; métodos centrados en el aprendizaje natural del niño, que priorizan la construcción de la persona y que desempolvan la teoría de Montaigne. “La educación actual está enfocada para pasar exámenes, cuando debería ir mucho más allá de la mera transmisión de informa-ción”, apunta el psiquiatra Claudio Naranjo,especialista en educación. “Además de aprender, necesitamos aprenderá aprender”.

La tesis de Naranjo es una de las prioridades en la agenda de la Unesco, que desde hace años impulsa la necesidad de “aprender a ser”. A través del programa Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) trata de integrar la comprensión y el respeto de los niños hacia sí mismos, hacia los demás, y hacia el medio ambiente. “No es tan importante loque se enseña, sino cómo y cuándo se enseña”, apunta Marta Sierra, directora de la escuela Waldorf Aravaca de Madrid. Creada tras la I Guerra Mundial por el filósofo Rudolf Steiner, la pedagogía Waldorf tiene como objetivo proporcionar las herramientas necesarias para que el niño construya su propio conocimiento a través del medio creativo.”Aprender el azul o el amarillo antes o después es irrelevante”, apunta Cristina Ruiz, directora de la guardería Nimbo de Barcelona. “Lo importante es que los niños se sientan queridos, comprendidos, seguros y confiados. Con estos ingredientes, y su capacidad innata para explorar el entorno, experimentar y descubrir lo que les rodea, el aprendizaje se da solo”. En Nimbo utilizan materiales simples como pinas, telas o lanas para el aprendizaje, y, periódicamente, cambian durante semanas los juguetes vistosos por cajas de cartón o botellas de plástico. Es importante que un niño desarrolle la imaginación y que llegue a sus propias conclusiones a través de la experimentación”.

En ocasiones son los propios padres quienes impulsan la creación de centros alternativos. Tal es el caso de La Serrada, en Cocentaina (Valencia), una iniciativa nacida de un grupo de padres y profesionales de la enseñanza basada en la educación no directiva.El proyecto se inspira en escuelas libres o comunidades de aprendizaje como Els Donyets (Valencia), Ojo de Agua (Orba) o Paideia (Extremadura), que tímidamente han ido creándose en los últimos años. A diferencia de otros países europeos y de Estados Unidos, en España ha costado que se reconocieran.

Para Marta Sierra, la causa radica en que “a veces se confunde escuela libre con escuelas en las que no se hace nada”. El objetivo de la educación denominada holística o integral es conseguir que el niño relacione conocimiento y sentimiento. El fin, formar seres humanos. “Cuando se conectan estos dos factores se produce un clic que posibilita la comprensión”, apunta Sierra. El método Waldorf no utiliza libros de texto; son los propios niños quienes, a través del material preparado por los maestros, elaboran sus cuadernos con información y dibujos. No hay exámenes ni notas, y el estímulo es constante para reforzar la voluntad del niño.

“Quienes reciben este tipo de educación no tienen por qué tener problemas para adaptarse a otros sistemas”, aclara Sierra. “Muy al contrario, se convierten en jóvenes maduros y seguros, se conocen a sí mismos, lo que facilita que puedan llegar a realizar cualquier cosa que se propongan”.

Para Claudio Naranjo, la educación tradicional yerra al pensar que lo principal es el intelecto, descuidando lo espiritual y el valor de la libertad. “Somos seres tricerebrados; tenemos un cerebro racional, otro afectivo y otro instintivo, y la educación debería contribuir a armonizar las tres partes en vez de pretender que el niño renuncie a su instinto y se esté quieto. Las cosas que de verdad interesan se aprenden por amor al conocimiento y no por miedo al suspenso. Los exámenes matan la enorme curiosidad del niño. Lo aprendido a la fuerza se olvida”.

En España hay alrededor de 2.000 familias que escogen esta opción, según apunta la Asociación para la Libre Educación (ALE). La LOGSE no reconoce la enseñanza en casa, aunque tampoco la prohibe, lo que en ocasiones conduce a enfrentamientos de las familias con la Administración. Para evitar esta situación, cuando el año pasado Isidora, de siete años, dejó de ir a la escuela, su madre la matriculó en Clonlara, un centro de educación a distancia. Isidora no se sentía cómoda viendo cómo sus compañeros de clase se burlaban de sus amigas de otras nacionalidades. “Muchos padres piensan que sus hijos vana aprender todo en la escuela; y hay cosas, como la comprensión o el respeto a los otros, que no enseñan”, apunta Evelyn, madre de Isidora. Aparte de las asignaturas obligatorias de lengua y matemáticas, aprovecha la curiosidad de su hija para enseñarle todo lo que le interesa, además de violin y dibujo. La realidad desmonta el mito de que si un niño no va al colegio no se socializa; su hija sigue jugando con niños por las tardes y los fines de semana. Lomi lo corrobora: “Claro que te relacionas, y no únicamente con niños, sino con gente de todas las edades. Te haces más humano”. •

,

No hay Comentarios